25/7/09

“Doloroso silencio”

“Doloroso silencio”


By: Natsuky



Dejé el cepillo sobre mi tocador y lancé un triste suspiro, como no dejaba de hacerlo desde hace unos días desde que esta extraña y amarga sensación se alojó en mi garganta.
Miré al espejo del tocador, observando mi ondulado cabello negro, pulcramente peinados tal y como me exigía mi padre que lo mantenga a toda hora.

Yo era su muñeca…Nada más que una linda muñeca sin voluntad…

De pronto escuché tocaban a la puerta de mi habitación y se abría mostrando a una de las sirvientas.

-Señorita Katherine, el Señor Anthony vino a verla, la está esperando en la sala – me informó la mujer y, como siempre, sin esperar respuesta de mi parte más que un asentimiento con la cabeza se fue tan rápido como llegó.
Me puse de pie arreglando mi vestido azul oscuro y con una sonrisa me encaminé a la sala en el primer piso de la casa. “Hoy es el día, tiene que serlo” pensé mientras bajaba las escaleras rogando en mi mente que por fin, hoy fuese el ansiado día en que mi novio Anthony se atreviera a hacerlo y terminara con mi angustiosa espera.

-Muy buenos días, Katherine – me saludo un joven de cabello castaño y rostro amable, aunque en esta ocasión se veía bastante nervioso. Comencé a mover mis manos haciendo unas señas con lentitud para que el joven, que aún no era un gran experto en entender las señas que estaba haciendo, las comprendiera.

-“Buenos días Anthony” – fue lo que mis manos le dijeron. ¡Ah! Se me olvido mencionar que yo…soy muda, por lo que hablo con señas, como os podéis imaginar existe muy poca gente que me entienda y entre esos pocos está este joven, que decía amarme y aprendió el lenguaje de señas sólo por mí…

Lo amo…

Después de saludarnos me senté en un sillón que había junto al ventanal, estaba sentada frente a Anthony y tras él estaba la puerta cerrada, yo amaba ver como en esta posición la luz bañaba los azules ojos de mi novio, dándoles un brillo casi irreal.
Después de unos minutos en silencio y de notar como el pobre joven parecía estar totalmente angustiado y sin saber que decirme, decidí romper el hielo y con la frente en alto y un horrible sentimiento en el estómago volví a alzar mis manos moviéndolas con delicadeza.

-“¿Querías decirme algo?” – le pregunté, y note como al final de la pregunta mis manos temblaban mientras Anthony comenzaba a responder.

-Si….verás, yo….- hablaba bastante lento y nervioso, pero al ver el enorme esfuerzo que hacía para decírmelo sin lastimarme oculté una amarga sonrisa. Esto NO ERA FACIL para él… - Tu…Tu y yo ya no podemos estar juntos…-

-“Esta bien…no tienes que seguir explicándome” – le respondí poniéndome de pie, pero él también se paró deteniéndome –“Esta bien…lo entiend…- sostuvo mis manos entre las suyas mirándome a los ojos…él estaba llorando.

-Perdóname, te aseguro que no es tu culpa....- comenzó de nuevo a tratar de explicarse, decidí dejar que terminara de hablar, si eso lo hacía sentirse menos culpable, por mi estaba bien porque….Ya me lo esperaba, sabía que Anthony rompería conmigo, desde hacia días que se portaba extraño.

-Yo fui muy feliz contigo…pero… - “Pero mi padre fue a hablar contigo y te amenazó a muerte, para que dejes en paz a su “Muñequita” ¿No es así?” pensé con rabia…siempre era lo mismo, siempre terminaba sola…- yo…es que…-ya no lo escuché más, se que comenzó a tratar de justificarse, a decirme que me quería mucho y que lo sentía...pero yo solo miraba sus rostro, tratando de grabarlo en mi mente, dejándome hechizar una última vez por sus hermosos ojos.
Pensé que, de todos modos él se merecía a alguien mejor, a alguien que pudiera hacerlo completamente feliz sin ninguna clase de ataduras…él se merecía a alguien que pudiera decirle “Te amo” con su propia boca….no como yo que jamás podré emitir palabra alguna.

Cuando él terminó de hablar, esperando mi reacción simplemente decidí que por ser la última vez complacería uno de mis caprichos, así que me abalancé sobre él juntando mis labios con los suyos…en un beso dulce, calmo y lento, quería recordarlo por siempre.
Pero tan concentrada estaba que jamás escuche como alguien abría la puerta de la sala que estaba tras Anthony.

Me separé de él y nos miramos a los ojos. Dejé escapar una única lágrima, guardándome las cientos que aún luchaban atropelladamente por nublarme la vista, me mordí el labio soportando ese nudo en mi garganta y sonreí.

- Katherine…de verdad lo lamento…- Y mientras él seguía hablando fue cuando lo vi…aquella persona que había entrado a la sala sigilosamente, tenía una sonrisa lunática en su rostro y entres sus manos sujetaba una afilada daga…
Esa persona era mi padre…

El pánico me invadió, la mirada de aquel hombre, como siempre, me invadía de miedo. Mientras Anthony seguía hablando sin notar que mi padre se acercaba lentamente hacia él, levanté mis manos para señalarle a Anthony que mirara atrás pero enseguida mi pare me hizo una señas diciéndome que me mantuviera quita y si no le hacía caso…aquel hombre me tenía tan bien dominada a base de miedo que sabía que le haría caso.
No sabía que hacer, mi padre estaba a pocos pasos de él, y Anthony aún seguía sin notar nada. Comencé a llorar, mis manos temblaban al igual que mis piernas, sentía una gran impotencia recorriendo mi cuerpo, no podía hacer nada para salvar a mi amado…no, tenía que hacer algo. Tragándome mi miedo, comencé a mover mis manos, primero apunté con mi dedo tras Anthony, para que se diese la vuelta…no me hizo ocaso, creyó que le estaba culpando o algo así.

- Katherine…por favor no llores- me dijo enternecido al ver como mis lagrimas de pánico corrían por mis mejillas. Se abalanzó sobre mi para abrasarme y tratar de calmarme...-Te quiero- fue lo que me susurró mientras yo seguía llorando en su hombro y mirando los ojos de mi padre que alzaba aquella daga entre sus manos para tomar impulso.

-“No por favor… no, no, no” – repetía silenciosamente con mis labios pero mi padre no me prestó atención y sin miramientos le clavó aquella daga en la espalda, atravesando el corazón de Anthony que sólo emitió un ligero grito de dolor.
Momentos después estaba sentada en el piso abrasada a ese cuerpo sin vida, llorando descontroladamente, no podía creerlo, él había muerto…y yo no pude hacer nada para evitarlo…

-Deja eso que te mancharás el vertido de sangre- me dijo mi padre.
“¿El vestido…? El…el maldito vestido! ¿¡¡Qué demonios me importa el maldito vestido?!! Mi cabello, mi maquillaje, mi piel, y todo lo demás!!?” pensé con ira.

-Vamos no llores por pequeñeces…mi muñequita- dijo es hombre con una horrible sonrisa mientras me acariciaba una mejilla. Más que nunca en mi vida desee poder hablar, gritarle a ese hombre, decirle que yo era una persona, que no era su muñeca, quería gritar y gritar hasta quedar sin aliento, dejar salir mi dolor alguna manera…entonces lo decidí…
Ya tuve suficiente de todo esto.

Salí corriendo de la sala sin detenerme a escuchar los gritos de mi padre ordenándome que regresara, llegué hasta mi habitación y cerré la puerta con llave cerré la puerta con llave y del cajón de mi mesa de noche saqué un frasco lleno de pastillas y puse algunas en mi mano, eran como pequeños botones blancos. La receta era muy clara, sólo tomar la mitad de una pastilla antes de dormir…no dos, ni tres, ni todo el frasco como yo lo hice. Un vaso con un poco de agua fue lo único que ayudó a tragarme todas esas pastillas, sintiendo el amargo y desagradable sabor que dejaban en mi boca.

Sonreí. “Ahora podré estar con Anthony…” pensé con emoción mientras me sentaba delicadamente en mi cama, con las manos cuidadosamente apoyadas sobre mi regazo y no había ni unas sola arruga en mi hermoso vestido azul oscuro, todo estaba tan “Perfecto”, tal y como le gustaba a mi padre, fue la primera vez que realmente sentí que era una muñeca, con una sonrisa dibujada en mi rostro y mis ojos con una mirada tranquila mientras observaba el atardecer a través de mi ventana.
Jamás moví ni un solo músculo, no me inmuté al escuchar como mi padre aporreaba la puerta exigiéndome que le abra, jamás perdía de vista el horizonte, recordando el rostro de Anthony…

Jamás dejé de sonreír…

Ni siquiera cuando empecé a sentir sueño y mis párpados se cerraban pesadamente, estaba feliz por que podría ver a Anthony, y esta vez estaría con él…Para siempre.





Fin